Tecla a tecla, de mi puño y mala letra, voy a explicaros a quien le pueda interesar mi visita a las nuevas instalaciones del Museo del Prado.
Esta mañana de Jueves festivo -creo en toda España- he madrugado y me he ido a ver el nuevo Prado... después de una hora de cola a las 10:30 entraba por la nueva puerta de los Jerónimos, según me informé es la que menos se tardaba en entrar, pues en la puerta principal, la de Velázquez, había una gran aglomeración y dos colas que daban muchas vueltas..., eso sí con animadores incluidos, pues el Museo con buen ojo ha contratado a una compañía de actores caracterizados con ropajes y personajes del siglo XIX, que gastaban bromas y daban mucho juego y entretenimiento.
Decir que desde ayer al próximo domingo, la entrada es gratuita para TODOS -nacionales o extranjeros- yo estaba en la cola por delante de unos japoneses y por detrás de unos franceses, es decir había todo tipo de público, naturalmente éramos mayoría los españoles... pero lo bueno del arte es que no entiende de nacionalidades y a todos nos gusta y nos atrae por igual. Con los matices que cada uno queramos añadir, pero puedo deciros que por suerte ya he estado en muchos museos, algunos extranjeros y a mí me encanta la gente que le gusta el arte sea de donde sea. Por lo general es gente educada que va a lo suyo y no le gusta molestar a los que le rodean.
En esta imagen todavía no estaban puestas las estatuas que decoran el maravilloso Claustro.
Antes de entrar a valorar las maravillas que hoy he visto, he de describir una escena, después de ya haber visto las cuatro salas de exposición..., cuando llegué al tercer piso donde se encuentra el Claustro de Moneo, curiosamente al entrar volví a coincidir con los tres japoneses de la cola y al entrar me miraron, yo les miré, les señale con el dedo las paredes y el cubo del claustro y se echaron a llorar, yo no pude contenerme y también lloré, de la gran emoción que sentí de lo que estaban viendo y mis ojos y los rasgados ojos de mis compañeros japoneses, -que siendo de culturas diferentes, sentíamos lo mismo-, tratábamos de admirar y tabular la maravilla y el gran impacto que nos causó ver esa gran obra maestra que culmina la ampliación del Prado, que es el Claustro.
Mosaico de la ampliación
Una vez entramos por la puerta de los Jerónimos llegamos al Vestíbulo central, donde se ve al fondo una gran y espaciosa cafetería, antes podemos ver una amplia y surtidísima tienda de suevenirs y libros de arte. Recomendable un tomo por 48 € “El siglo XIX en el Prado”.
Para los que entran por la puerta de Velázquez, antes de llegar Vestíbulo central, hay un pequeño patio que lleva a la sala de las musas, son ocho estatuas sobre un pedestal formando un semicírculo dando un ambiente muy apropiado para las instalaciones que a continuación vamos a poder contemplar. La decoración es de granito, mármol y estuco rojo en las paredes desde media altura, tanto en el hall, los pasillos y corredores. En las salas de exposición son de azul terciopelo.
También nos da la bienvenida una monumental escultura de mármol de José Álvarez Cubeo de 1825, titulada "La defensa de Zaragoza".
El Auditorio estaba cerrado y no pude verlo.
Entramos en la planta baja a las salas A y B, que están comunicadas.
PINTURA
Salas A y B
Empezamos con tres Goyas:
La marquesa de Santa Cruz, La duquesa de Abrantes y Juan Bautista de Muguiro.
José de Madrazo: La muerte de Viriato y El amor divino y el amor profano.
Vicente López: Retrato a Goya, María Cristina de Borón, reina de España y niña sentadaen un paisaje.
Juan Antonio de Ribera: Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma.
Antonio María Esquivel: Los poetas contemporaneos. Una lectura de zorrilla en el estusdio del pintor.
... y los cuadros: Nacimiento de Venus, Retratos a Rafaela Flores y Manuel Flores.
Federico de Madrazo -hijo de José-
La Condesa de Vilches, El gran Capitán recorriendo el campo de batalla de Ceriñola, y otros seis cuadros.
Rafael Tegeo...
Genaro Pérez Villamil...
Leonardo Alenza...
Eugenio Lucas...
Carlos Luis Ribera...
Federico Flórez...
Germán Hernández...
Valeriano Domínguez...
Víctor Manzano...
Subimos al primer piso, en el centro podemos observar el cubo de Moneo con sus claraboyas de iluminación natural. Salas C y D
Eduardo Rosales:
Doña Isabel la católica dictando su testamento. Muerte de Lucrecia, Presentación de Don Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste, Concepción Serrano después condesa de Santonenia y otros cinco cuadros.
José Casado de Alisal: La rendición de Bailén... y La leyenda del rey Monje.
Lorenzo Vallés: Demencia de doña Juana la loca.
Dióscoro Puebla: Las hihas del Cid...
Manuel Domínguez: Séneca, después de abrirse las venas...
Francisco Pradilla: Doña Juana la Loca contemplando el féretro de Felipe el Hermoso y Cortejo del bautizo del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, por las calles de Sevilla.
Alejandro Ferrant: El entierro de san Sebastián.
José Moreno Carbonero. El príncipe don Carlos de Viana.
Antonio Muñoz Degrain: Los amantes de teruel y Paisaje del Pardo al disiparse la niebla y Recuerdos de Granada.
Antonio Gisbert: Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga.
Este cuadro es uno de mis favoritos.
Emilio Sala: Expulsión de los judíos de España y Retrato de María guerrero, niña.
Ramón Martí Alsina...
Carlos de Haes...
Mariano Fortuny: La bátalla de Wad-Ras, La reina María Cristina pasando revista a las tropasy otros seis cuadros.
Martín Rico: Lavanderas de la Varenne, Francia. Vista de París desde el Trocadero y tres cuadros más.
Raimundo de Madrazo: La marquesa de Manzanedo y otros cuatro cuadros más.
Vicente Palmaroli...
José Jiménez Aranda: Una esclava en venta y otro cuadro más.
Francisco Domingo Marqués: Autorretrato
Ignacio Pinazo...
Joaquín Sorolla: ¡Aún dicen que el pescado está caro!,Chicos en la playa y cinco cuadros más.
Aureliano de Beruete: Vista de Madrid desde la pradera de san Isidro y dos cuadros más.
ESCULTURA:
Están repartidas 1 en el Vestíbulo central y las otras 11 entre las cuatro salas
José Álvarez Cubero: Diana cazadora, La defensa de Zaragoza, Isabel de Braganza.
José Ginés: Venus y Cupido.
José Piquer: San Jerónimo penitente.
Sabino de Medina: La ninfa Eurídice mordida por la víbora.
Camilo Torreggiani: Isabel II, velada.
Agapito Vallmitjana: Cristo yacente.
Jerónimo Suñol: Dante pensativa.
Agustín Querl: la Tradición.
Mariano Benlliure: Canto de amor.
José Llimona: Desconsuelo.
Estas esculturas, así como las del Claustro de los escultores italianos Leone (Padre e hijo), cuando tenga tiempo y encuentre las imágenes es Internet, las subiré al Museo del Prado "Esculturas"
Así estaba el Claustro de los Jeronimos, antes de desmontarlo piedra a piedra, tratandolas, restaurandolas y numerandolas, hasta trasladarlas a la nueva ubicación del Prado.
Así ha quedado, la verdad una autentica maravilla.
Algunas imagénes del nuevo claustro del Museo del Prado, tras la ampliación de la pinacoteca, con una exposición antológica dedicada a los maestros de la pintura española del siglo XIX, con la que inaugura la ampliación más importante de la historia del Prado. Sin duda el Prado es mi museo... y el de todos los españoles. Una joya inigualable de las artes. El que no lo haya visitado que lo haga y el que ya lo conozca que vuelva o lo lamentará... no sabe lo que se pierde. Os esperamos en Madrid, aquí todo el mundo es bienvenido.
PUES ESTO ES TODO AMIGOS, ESPERO NO HABEROS ABURRIDO CON MIS COMENTARIOS.